viernes, 31 de julio de 2009

Sesión Contínua 5

No todo eran cines de sesión continua y programa doble. A veces íbamos a cines de estreno. Bueno, a estos, la verdad, no íbamos, nos llevaban.

Tengo que confesar algo. Este niño cinéfilo a veces traicionó sus principios.

Algunas tardes, mis padres, de punta en blanco, anunciaban:

- Poneos guapos que nos vamos al cine.

Eso quería decir que íbamos a algún estreno, es decir, al centro. Quería decir que nos tomaríamos un enorme batido, pero no en el Tolón, Tolón, sino en un café de aquellos
grandes y elegantes. Y que veríamos escaparates. Quería decir que Iríamos a uno de los imponentes cines de estreno con portero vestido de almirante. Y papá remataría el exceso, comprándonos un tubo rojo de chocolatinas Nestlé, para endulzarnos la proyección.
Pues, ante tamaña oferta, mi hermano y yo, en vez de gritar ¡yupiii…!, levantábamos la mirada del tebeo que a cada uno nos ocupaba y, olvidándonos de Kirk, de Burt y de Liz. Sin pensar en el Temible Burlón o Los Vikingos o Gigante, murmurábamos:

- Hummmmm………

Resultado: nos daban el dinero del cine y se iban solos.

El botín de la traición era una fortuna que nos daba para cambiar una enorme pila de comics en el Cambio del barrio.

Por unos céntimos, dejabas tu tebeo (todos los comics eran tebeos) y te llevabas uno que no habías leído. Según el estado del tebeo que dejabas (un poco usado, viejo, roto, casi nuevo…), podías elegir otro del montón de los que estaban en similar estado.

Pasábamos, mi hermano y yo, la tarde uno frente al otro sin hablarnos a penas, dándonos un atracón de Carpanta, las hermanas Gilda, Zipi y Zape, Doña Urraca, Mortadelo y Filemón. Cambiábamos Doris Day por Julieta Jones, Gregory Peck por Rip Kirby, Burt Lancaster por El principe Valiente, Thelma Ritter por La pequeña Lulú.

Valga en mi defensa que en los cines del estreno no ponían mas que una peli.


















Y TAMBIÉN:

Sesión contínua1/
Sesión contínua2/ Sesión contínua3/ Sesión contínua4

jueves, 30 de julio de 2009

Mamá. La banda sonora

Senses, ese maestro de diario de un viaje imposible, escribió allá por el 2007 un post con el mismo título que mi post anterior, Mamá:

http://unviajeimposible.blogspot.com/2007/05/mama.html

Os lo recomiendo. Yo supe de él leyendo los comentarios de Senses al mío. Había en su post, un maravilloso video con la canción Mother de Pink Floyd que me pareció que explicaba mejor que todas nuestras palabras la relación madre hijo tan omnipresente en nuestra vida.

Bromeé con Senses sobre las canciones que yo habría puesto en el mío. Pero luego pasé a pensar muy seriamente en ello.

Llegué a la conclusión que el carácter luctuoso de mi relato pedía a gritos La maman de Aznavour ("se está muriendo laaaaa mamaaaaa...). Claro que, ya puestos, me dije, ¿por qué no La mamma e morta en versión Callas? No, no, muy fino para esas paletas del Sotillo, decidí. Mejor, Madrecita María del Carmen por Manolo Escobar.

-Manolo en mi blog, ¡nunca!, gritó clarísimamente una voz muy dentro de mi.

Pues entonces, Serrat con su Soneto a mamá que eso no me lo critica nadie... No se… Va a quedar todo muy español, ¿no? Si por lo menos la cantara en catalán…

Yo creo que paleto y extranjero, Tom Jones. Eso es, Tom Jones y su Yiddishe mama. Y de paso, pongo un poco de testosterona entre tanta mujer.

No, no, no, este es un post que se titula Mamá. Es un post protagonizado por ellas. No rompamos la línea argumental. Así que por lo mismo, ni el niño Jean Jacques por mucho que ganara Eurovisión con su Maman, maman, ni Joselito que seguro que tiene tres o cuatro dedicadas a su madre.

Y ahí me vino la inspiración: il violino tzigano, Mamma Roma. Ese monumento a la madre que esculpió la Magnani.

-¿Pero esto no iba de malas madres?

Pues ya no. Eso era el otro post.

lunes, 27 de julio de 2009

Mamá

La maternidad es una trampa pegajosa.
Simone de Beauvoir



Primitiva tenía tres hijas : Prados, Yedra y Caridad. Y dos o tres hijos, no sabría precisar cuantos.
El mismo día que enterraron a su marido, al volver del cementerio, Primitiva, repentinamente enferma, se acostó en la vieja cama de hierro de la que no volvería a levantarse.
Aquella cama, altísima, fue el trono de la muy tirana. Junto a ella, se reunían cada tarde, las cotillas del pueblo. Un aquelarre que siempre contó con la actuación estelar de La Argimira. Ninguna se fue nunca sin su recompensa: generalmente un comentario envenenado sobre sus hijas o sobre sus nueras-las mujeres de esos calzonazos -que encontraron en sus chismes una excelente excusa para no visitarla jamás.

Prados era soltera. Hija mia, no has tenido salero ni para echarte un tío - era la explicación de La Tia Primi (así llamaban a Primitiva en El Sotillo)
Prados nunca había salido de su casa.
Fue la madre de sus hermanos, la abuela que nunca tuvieron sus sobrinos, las manos y los ojos de una madre vaga que se dejó sustituir gustosa en todo menos en lo referente a su marido. Pero estaba lejos de ser el ama de la casa.

Yedra era la única casada. Había dejado el pueblo siguiendo a un novio-¡qué campanada! -y dos o tres novios después, y algunos años más tarde, por fin tenía lo que siempre había soñado: un marido, unos hijos y una carnicería. Precisamente habían sido su marido y sus hijos -esos maricones, en opinión de su abuelita- los que le habían animado a dejar Plasencia para cuidarla -ya nos apañaremos - si bien lo hacían sobre todo por la pobre tía Praditos a la que veían languidecer alarmantemente.
Caridad era la más fea. En realidad, la única fea en una familia de guapos donde siempre se la vio como una extraña: -A quién habrá salido.
A los diecisiete se fue a Madrid huyendo de sus hermanos que mosqueados de que una hermana tan fea tuviera tanto éxito entre los mozos, habían sentenciado: -Ha salido un poco puta. Y le hacían la vida imposible.
Cari, como le gustaba que la llamaran, vivía con uno en Aluche. Tenía un pisito y un empleo de limpiadora en el Ayuntamiento. Con el tiempo, había desarrollado cierta extravagancia de boutique de barrio que le hacía, si no guapa, al menos, llamativa.
Alejada de su familia como vivía, nunca supo de la enfermedad de su madre. Un fin de semana quiso enseñar al de Aluche el pueblo donde había nacido. Llegó camuflada tras unas gafas Garbo, de incógnito, pero, al pasar por la plaza, no pudo resistir la tentación de darse a conocer a La Argimira que en un pis-pas le puso al tanto.
- Pero...¿de qué te has pintao el pelo, so boñigo? , fue el recibimiento de su madre.
-¡Ay, tu que sabes lo que tengo sufrido con estas dos hipócritas!, le dijo Primitiva en la primera ocasión en que se quedaron solas.
-Pero madre...
Cari apenas se separó de ella en toda la semana. Sus hermanas estaban encantadas y hasta sus hermanos -muy cariñosos- fueron a verla. Nunca se sintió mejor. Nunca más querida. Nunca tan de la familia.

En su último día de vida, Primitiva estuvo prácticamente inconsciente. Sus hijas no se separaban de ella esperando lo inevitable. También se turnaban a su lado las más ilustres cotillas del pueblo.
-Argimira... , llamó Primitiva, con un hilillo de voz, -Argimira...
Cuando esta acercó su cara a la moribunda para poder oirla, Primitiva lo dijo:
-Tres hijas, tres perros. Y se murió.


Hijas de sus madres

Christina y mommie dearest Joan Crawford

Debbie Reynolds y Carrie Fisher. Postcards from the edge
Forasteros.Ventura Pons

Otras que se las traen

Gertrud la mamá de Hamlet(Jude Law)

La mamá de Norman (Psicosis)

Yocasta (Silvana Mangano) haciéndoselo con Edipo

viernes, 24 de julio de 2009

Descubrir el hilo negro



Una vez mas he hecho el ridículo.
El domingo pasado fui al Rastro. Descubrí algunos ejemplares de una revista literaria de los años 40 y 50 que se llama Novelas y Cuentos. Me impactaron las portadas. Enseguida distinguí entre el montón las que me gustaban mas. Todas las ilustraciones estaban firmadas por Manolo Prieto.
Me llevé todas las que pude abrazadas a mi pecho como un tesoro. ¡Pedazo de descubrimiento! Una joya perdida que yo iba a mostrar a la Humanidad.
Una vez en casa decidí investigar si alguien en el mundo, aparte de mi, conocía a este ilustrador. Enorme bochorno. Manolo Prieto entre otras muchísimas cosas es el creador del toro de Osborne.
Es lo que tiene el no tener memoria, que permite descubrir cosas nuevas todos los días.

No obstante como el famoso toro ha eclipsado de alguna forma el resto de su trabajo, os traigo mis “ hallazgos” , algunas de las ilustraciones que realizó para esta colección en los años 50 (la revista comenzó a editarse antes de la guerra) Algunos consideran que el que realizó para Novelas y Cuentos es su mejor trabajo como ilustrador.
También me gusta, especialmente, el diseño de la portada, modernísimo, pero no he logrado saber de quien es. Aún.

Nacho, mi mexicano de cabecera, diría que el domingo pasado yo descubrí el hilo negro. Para entendernos, que descubrí América.






























2ª parte: Y luego empecé a leer
Ando enfrascado en Sido, que escribió Colette sobre su mamá. Y estoy alucinando:

Interrumpía ella su peroración y levantaba el visillo que velaba la ventana
.

Pero lo que me tiene fascinado son las entradillas de las portadas. Aquí muestro una que es, al mismo tiempo, una pregunta que lanzo al mundo.




La resignación, el sacrificio, la piedad, ¿son acaso recursos supremos cuando se advierte el triste
error de un amor indigno?

miércoles, 22 de julio de 2009

La Gran Vía. Por alusiones.

No era mi intención seguir por este camino tan localista pero los comentarios a mi anterior entrada han derivado en referencias a La Gran Vía madrileña que me han llegado al corazón.

Quiero creer, además, que la Gran Vía, como las Ramblas de Barcelona o calles como Sierpes y Estafeta, por muy diferentes razones, tienen una entidad propia que las proyecta mas allá de sus ciudades.

Puedo decir que a mi, sin ir mas lejos, no se si me molestó mas que se cargaran el ascensor del metro de Gran Vía o que desapareciera el Jazz Colón en las Ramblas. Y no es poco decir.

Imagínate a este niño virgen haciendo su propia ascensión al cielo en el ascensor del metro que salía a Manhattan justo frente a la Telefónica.

Llegar desde el barrio a la Gran Vía era alucinar. Para empe
zar, las piperas de la Gran Via no tenían nada que ver con las que yo conocía. Eran otra cosa. Mujeres con pasado, interesantes, con conversación. La que menos, de joven había vendido cigarrillos en el Pasapoga.

Junto al templete del ascensor charlaba un día con mi amiga la pipera esperando a Enriquito para ir juntos a la Ser, Gran Via, 32, a “los 40 principales”.
Pipera interesante: - Como amiga, tengo que decirte una cosa.
Niño virgen
: - ¿Si?

Pipera:- Con lo guapo que tu eres… no te pongas esos pantalones.
Los pantalones eran normales, de pana gorda pero ¡granates! Un escándalo para la época.
La que me avisaba, de unos 70 años, iba pintada como una puerta, y se recogía el pelo, o lo intentaba, con una especie de turbante de estampado orientalista. Y llevaba chal.

Nada mas cruzar la calle desde el templete del ascensor, te topabas con la impresionante joyería Alexandre. La misma que se convertiría en el primer Mc Donald´s que se abrió en Madrid . Esto pudo haber hecho de mi el José Bové español pero la historia me tenía reservado otros cometidos.

Recapitulando. No hemos recorrido ni 20 metros y ya tenemos 3 bajas: el templete del ascensor del arquitecto Palacios, la joyería Alexander y las piperas.
Mc Donald´s recibió por parte de la Cámara de Comercio e Industria de Madrid una mención como establecimiento continuador de la tradición madrileña. Con un par.

El templete
original está en un prado, en el pueblo de Palacios.
En Madrid –¡ yupiii !- nos vamos a gastar la pasta en hacer una réplica y ¿dónde crees que la van a poner?.... ¡ Donde estaba la buena ! Pero eso si, esta vez sin ascensor, que total ni se ve ni nada.

En cuanto a las piperas, las de hoy venden latas y bocadillos sobre una caja de cartón y siendo, como son, de la provincia china de Shandong, no son ni la mitad de exóticas.


Y TAMBIÉN:
Madrid, Madrid, Madrid/ Arquitectos y monumentos/ Mujerzotas 4


sábado, 18 de julio de 2009

Arquitectos y monumentos



Colón. Manda huevos.
Entre las innumerables obras de este verano, Gallardón anda cavando en la plaza de Colón para -¡OOOOOOH!- poner la estatua del almirante, que ahora está en una esquina, en el centro de la plaza. Se le ha ocurrido a Siza, no creas.
Esta es una foto de la pelí El día de los enamorados. Colón en el medio y, tras el autobús, los edificios que se derribaron para hacer ese monumento a la especulación que son las Torres de Colón. Lamela las remató (nunca mejor dicho) con un capirote que les pega como a un cristo dos pistolas. No son el único horror de esta plaza pero no hay que preocuparse. Tanto desatino tiene fácil solución: se vuelve a poner a Colón en el medio y arreglao
.



Cortar el tráfico en la Gran Vía.
Esta parece ser la gran solución de la temporada. Tengo mis dudas.

Yo he visto parar el tráfico en la Gran Vía a dos mujeres. Una era Analía Gadé. La otra era un hombre.

Analía, como el título de una de sus películas, era un monumento de mujer. Y si, amigas de la causa, una excelente actriz. Pero de eso afortunadamente hablan muy extensamente unas cuantas enciclopedias.
Cuando, en este pais, la malnutrición todavía limitaba el número de mujeres y hombres guapos a unos cuantos afortunados, ver señoras como Analía por la calle era un espectáculo muy celebrado.

El hombre que también paraba el tráfico se hacía llamar
Brigitte y no era guardia urbano, era supervedette. Su nombre artístico era Brigitte St. Jones y se anunciaba como “la archifamosa estrella que fue considerada hombre 11 años…” Y si, amigas de la causa, tenía todo el derecho a llamarse como le diera la gana.
Brigitte paraba mas el tráfico. No porque fuera mas guapa que Analía -que además era muy popular- sino porque cuando no actuaba en el Gay Club, se dedicaba a ello con ahínco. La francesa se sentaba en la terraza de la Manila de Callao. Al cabo de un rato, se levantaba sobre sus taconazos -OOOOOOOH-, cogía su perrito y cruzaba la Gran Vía -ZAS, ZAS, ZAS- ¡FRENAZO EN SECO!. Se sentaba , al otro lado de la avenida, en la terraza de la Nebraska y al ratito, ZAS, ZAS, ZAS, vuelta a cortar el tráfico. ¡Y sin pasos de cebra! que de eso no había.
Y ahora dicen que la idea de cortar el tráfico es de un arquitecto catalán.

Y TAMBIÉN:
Madrid, Madrid, Madrid / El blues de las hormigas

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viernes, 17 de julio de 2009

Meme

Acabo de enterarme de qué es un meme. Y, por cotilla, aquí estoy siguiendo el meme de Patsy que sigue el de Farala que sigue …

Este es un meme literario que consiste en pillar el primer libro que tengas a tu alcance, abrirlo por la página 161 y copiar la 5ª frase.

El libro que tengo mas a mano es una novela de Haruki Murakami, Sputnik, mi amor. Lo leí en un avión, camino de Japón. No me emocionó especialmente. Hoy voy a prestárselo a un amigo muy interesado en conocer a este japonés que se ha puesto tan de moda. Por eso está en mi mesa.
La frase es:
Pero, por culpa del sonido hueco del viento que penetraba en los resquicios del agujero, sus palabras no llegaron a oídos de Sumire.
Las palabras venían de su madre.
Supongo que ahora debería decir algo
sobre la falta de comunicación entre padres e hijos. O hacer un poético discurso sobre las palabras no escuchadas. ¿Y si escribo sobre el ruido mediático que acalla lo importante? Lo sabía: mi primer meme y voy a quedar mal ¿Por qué no habré buscado en la estantería otro mas facilito?

lunes, 13 de julio de 2009

Un tío de cine


Yo tenía un tío en América. Y es que, a mi, no me faltaba de nada.

Mi tío se casó en Madrid y, dos días mas tarde, zarpó con su
flamante esposa rumbo a Brasil. Allí les esperaban algunos familiares de ella que habían emigrado desde España, muchos años atrás. A mi tía nunca llegaría a conocerla. Murió en la travesía.
En
Rio, la familia se portó muy bien con el viudo. No solo se encargaron del entierro, sino que además le dieron una pistola para que se incorporara al negocio familiar.
Mi tío había sido un obrero pintón aficionado al cabaret y a la noche, pero ahí acababa su vinculación con el hampa.
Aquí, encadenamos con la escena en la que, de forma rocambolesca, el se deshace de la pistola y huye de la nueva familia, atravesando la frontera con Argentina.








Orgullo y Pasión
No conocí a mi tío hasta que cumplí los 14 años cuando volvió a España de
vacaciones con su nueva esposa argentina. Yo estaba fascinado con mis tíos de América, tan exóticos, con ese acento que entonces no habíamos oído mas que en los tangos.
En Madrid, buscando a sus antiguos compañeros de “farra”, mi tío me llevó por lugares para mi hasta entonces
desconocidos: corralas de Lavapiés, bares elegantes… Uno de los amigos que logró localizar, trabajaba en los viejos estudios de cine de Chamartin. Era la época de Samuel Bronston y las grandes producciones americanas: 55 días en Pekín, El Cid, Orgullo y Pasión Visité con mi tío y su amigo los estudios, vi cuadrigas, vi Roma, ¡vi focos, vi cámaras!. Todo ello me daría un gran prestigio durante mucho tiempo en el patio del colegio. Pero no vi ningún actor famoso. ¿Te lo puedes creer?


Un chico de revista
Siempre vi a mi tío como un aventurero de película y Buenos Aires como un barrio de Nueva York, llen
o de tanguistas y hermosas mujeres en traje de noche.
Mi abuelo recibía de mi tío
montones de revistas - muchas de ellas, de cine- que yo devoraba. Comparado con lo que aquí veía, me parecían el colmo del glamour. Además, en estas revistas, aprendí que las estrellas patrias, al cruzar el charco, no volvían a ponerse la mantilla, gastaban escotes de vértigo y se comportaban como unas auténticas pelandruscas. Todavía recuerdo un titular que me hizo mirar el diccionario: “Marujita le dio piedra libre” o algo así. Y se veía a Maruja Díaz escotada perdida, besuqueándose con un galanazo de esos del cine argentino.
Así, culminé mi adolescencia con un conocimiento de los actores y actrices argentinos muy poco habitual en aquella España. Y es que, si bien aquí teníamos nuestros propios argentinos - la gran Analía Gadé, Carlos Estrada y tantos otros- cine de Argentina, veíamos muy poco.

Mas de una vez, años mas tarde, sorprendería a los propios argentinos con mis conocimientos, dejando caer los nombres de Graciela Borges o Alfredo Alcón y, si iba a por nota, Tita Merello o Isabel Sarli.











Paparazzo en Buenos Aires

Pasarían muchos años hasta que yo volviera a ver a mi tío. Esta vez era yo e
l que viajaba a Buenos Aires por cuestiones de trabajo. Mi tío se había convertido en un anciano. Le habían tenido que cortar una pierna y a penas salía de su casa. Ahora era èl quien me miraba con admiración cuando le hablaba de mis viajes.
Quise invitarles a un restaurante.

-Al tío no le gusta mucho tener que ponerse la pierna falsa - me dijo la tía, señalándome una prótesis ridícula, como de feria, apoyada en un rincón. No me extrañó, no insistí mas.

Con o sin ellos estaba dispuesto a conocer los mejores restaurantes de la ciudad. El peso estaba por los suelos y los precios al cambio para los españoles eran de risa. Entre tantos buenos restaurantes de los que disfrutaría en Buenos Aires,
Fechorías. Nunca olvidaré este nombre.
Recuerdo un local bastante sencillo. Grande, de techos muy altos, sin nada memorable en la decoración. Tenía una única sala grandota y diáfana. Habían unido muchas mesas para formar una grande corrida que ocupaba toda la parte izquierda de la sala. A la derecha, algunas mesas individuales para dos o cuatro personas. Yo y mis amigos ocupábamos una de estas. En la mesa grande estaba sentado todo el cine argentino.
Conociéndome, seguro que se me saltaron las lágrimas. Hoy solo recuerdo que una de las actrices era Graciela Borges, también que mas tarde llegó Susana Giménez. Eran tantos que hoy ya no se si estaba Darin o Pinti o Vidarte. Mirtha Legrand no. Me acordaría.

Es mas, entre las mesas individuales reconocí a una starlette argentina muy guapa, rubia platino de ojos azules, que en España alcanzó cierta notoriedad como “novia de Camilo Sesto”. O sea.
En aquel restaurante lleno de actores nadie parecía conocerla. Aún era una mujer madura muy atractiva. Algún tiempo después la vi actuar en Madrid , estaba en la compañía del travesti Paco España. Aún recuerdo como la presentó aquel animal:
-Señoras y señores, con ustedes el único chocho auténtico de la compañía: ¡Marcia Bell!

A Patsy, para que se vea obligada a enriquecer esta simple entrada con sus comentarios.