sábado, 30 de mayo de 2009

Mujerzotas 5

Me había propuesto no hablar de la crisis. ¿Para qué? Ahora que sabemos que Aznar sabe como arreglarla. Hoy sin embargo, con el permiso de Jose Mari, voy a hablar de otras respuestas a otras crisis en otros tiempos donde a menudo las soluciones venían de la mano de los americanos.

Nati y el Plan Marshall
Nati, Tomasa y la Peque tenían un plan: casarse
con un americano. A eso es a lo único que se dedicaban cuando no pelaban boquerones para el negocio familiar que surtía a las tascas del barrio.
El boquerón en vinagre gustaba mucho en el Cuatro Caminos de los sesenta pero no daba para vivir a una familia de cuatro hermanas, la madre viuda y el marido de la hermana embarazada que, en vez de sacarla de casa como un hombre, se i
nstaló en el pisito familiar, sumándose al clan de las boqueroneras.
Nati fue la primera en independizarse. Como era la mayor, abri
ó brecha: le partió una botella de Jack Daniels en la cabeza a un negro de la base de Torrejón en un bar de alterne.
Cuando salió de Carabanchel (carcel de), estrujó un boquerón, puño en alto, y puso a Dios por testigo de que no volvería a pasar hambre: -Ni yo, ni ninguna de mis hermanas.
Y, perfeccionado el plan de ataque contra los chicos de la base, empezaron a verse los resultados.

Metió a su hermana Tomasa en el plan con gran éxito -¡qué lista!- pues era una belleza morena de rasgos suaves, muy dulce.

-¡Qué lista! , dijo su madre, y le endilgó en el
lote a la Peque : una morenilla de aspecto simiesco, un poco gangosa.
La pobre Peque no daba una. Confundió a un gallego muerto de hamb
re con un americano: Y yo que sé,..¡como hablaba en extranjero!.
Tomasa pilló rápido y con galones: un sargento mayor de la base, tamaño portaaviones.

Nati pilló un tejano. Sin galones pero con rancho. Y
blanco. Que ella desde lo de Carabanchel era racista.
Total, que se fueron a América. Y en mi calle nos quedamos sin el desfile de la tropa americana. Y sin los aigas que ponían un poco de fantasía entre tanta alpargata. Y sin nada de que hablar cuando salíamos al fresco.
¡ Pues vaya plan !


Y TAMBIÉN:
Mujerzotas 1/Mujerzotas 2/Mujerzotas 3/Mujerzotas 4


miércoles, 27 de mayo de 2009

Estrategia creativa


Le cuento a un amigo que me he hecho un blog y lo primero que me pregunta es: ¿Y quién lo lee? Debería aclarar que mi amigo y yo durante mucho tiempo nos ganamos la vida en empresas de publicidad donde las audiencias son importantísimas.
Buena pregunta, Pedro.
Un tal Albert Serra -al parecer, un gran director de cine- ha dicho que no le importa nada que al publico le gusten o no sus películas que el trabaja para la posteridad. Ojala yo pudiera aspirar a la posteridad como el inefable Serra pero eso es tan improbable que me conformo con que haya alguien que encuentre entretenido lo que escribo.
Doy por supuesto que nunca volveré a tener esas audiencias millonarias que conseguía con mis spots (y con algunos millones de euros de los anunciantes) pero eso si, aquí, hago lo que quiero.
- ¿Y a quién va dirigido tu blog?
Buena pregunta Pedro.
¿Qué quiere oir el ama de casa urbana de 30 a 40 años? ¿Y los hombres de clase alta de 35 a 50 que viven en ciudades de mas 500.000 habitantes? ¿Y los melómanos entre 20 y 35 años?
Pedro quisiera que me lea muchísima gente. Y yo no quiero trabajar.
Todo esto era para contaros que por culpa de Pedro he puesto un visitors counter. Y ya estoy arrepentido.

domingo, 24 de mayo de 2009

Mujerzotas 4

Con gran dolor hoy he vuelto al barrio de mi infancia. Fui a visitar a mi asesor con motivo de la próxima declaración de Hacienda. Y ahí se acaba la pena porque, por lo demás, el lugar solo me trae buenos recuerdos.
He tomado uno con leche en un Ital Café que ocupa el local donde estaban los billares que fueron nuestro cuartel general a la salida del colegio.
Atravesé sin problemas el jardín. El mismo que un
guarda jurado vigiló durante años para impedir, a perdigonazos si era necesario, que los niños saltáramos la alambrada que lo rodeaba.
Una cosa no había cambiado. No del todo al menos. El Supermercado Total ya no se llama así pero al menos sigue siendo un supermercado. Fue el primero que conocí en mi vida. Una rareza mas de aquel barrio mío, fronterizo con la modernidad.

Pepi
En la avenida del general Perón han abierto un supermercado - Virgilio el de los ultramarinos, uno de los negocios más florecientes de mi calle, dio la voz de alarma.
El Marketing llegó a mi barrio antes que a otros. La proximidad de los grandes centros comerciales y de las oficinas de La Castellana y la calle Orense hizo que los del barrio se espabilaran ante el empuje de las multinacionales y se adaptaran a los nuevos retos del desarrollo.
Pepita la frutera, una profesional ambiciosa e innovadora, fue, sin ir mas lejos, la primera española en aplicar el sistema digital de medidas.

Pepi, rica, ese dedito...- denunció un día Nati la boqueronera cuando le pilló forzando el peso de las paraguayas a base de presionar con el dedo el platillo de la balanza.
La perspicacia de la boqueronera no desanimó a Pepi en sus intentos y, una vez mejorada la técnica, la medida digital sería un eficaz arma para paliar la guerra de precios.

Martina y Enriqueta
Con el desarrollo, el consumo se disparó en el barrio. Una economía más desahogada nos permitía, por ejemplo, que en una sola manzana tuviéramos dos piperas.
La señora Enriqueta y la señora Martina eran viudas y ninguna tenía pensión. Pero en todo lo demás eran completamente diferentes.

La señora Enriqueta - en otros tiempos, una segunda vedette del Martín- era una viejecita amable y limpia, de delantal almidonado, blanco e impecable como sus cabellos.
La señora Martina - en otros tiempos, una bruja- era una vieja greñosa, siempre de negro, siempre de mal humor, cuyo tufo, cuando no su lengua, hacía a más de uno cruzar de acera.
Por eso no era de extrañar que el negocio de la señora Enriqueta fuera mejor que el de La Martina. Así es como los niños las llamábamos, estableciendo en nuestra inocencia, dos clarísimos posicionamientos de mercado.
Para empezar, la señora Enriqueta tenía el puesto en la taberna - el tabernero no tuvo duda a la hora de elegir- lo que le aseguraba la clientela y le permitía trabajar a diario aun en los días más crudos del invierno.

No estoy muy seguro de que la adjudicación de la concesión de la taberna fuera lo que tenía tan enfadada a La Martina. Y es que, si bien insultaba a su colega en cuanto aparecía, también es cierto que hacía lo mismo con todo el que tuviera el valor de acercarse a su puesto. La madre que te parió solía ser el comienzo de una larga retahíla de juramentos con los que recibía cualquier petición que, indefectiblemente, nunca era la que le venía mejor.
Como quiera que la señora Enriqueta se había especializado en tabacos - el producto más cercano a su área de negocio: la tasca - la Martina había buscado su hueco de mercado en los productos infantiles.

La infancia marginada, los niños del barrio, no teníamos pues otra opción que afrontar el pestazo de su puesto.
Nos pinzábamos la nariz con dos dedos y, siempre por detrás para ocultarle este gesto, nos acercábamos hasta ella:
- Un paquete pipas.
- ¡Ay! ¡Qué susto, jodío! ¿Dónde está
s cabronazo? ¡Quieres hablar claro, maricón...!
No hace falta decir que Enriqueta tenía más simpatías en el barrio pero Martina, indudablemente, daba más juego. Era, por ejemplo, la única mujer que habíamos visto mear de pié. Algunos, incluso, la única mujer que habíamos visto orinando. Se abría de piernas junto al sumidero de la alcantarilla, a un paso del puesto, y ¡hala!...
Pues eso, que cada una tenía su marketing


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Mujerzotas 1/ Mujerzotas 2/ Mujerzotas3

viernes, 22 de mayo de 2009

Tertulianos


















Me pregunta una amiga: ¿Se puede hacer un blog con fotos?

Aunque me venía al pelo decirle aquello de que una imagen vale mas que mil palabras, que es algo que cualquier fotógrafo debe haber oído unos cuantos millones de veces, me decidí por un proverbio árabe:
Quien no entiende una mirada, tampoco entenderá una larga explicación.
Mi amiga ha plasmado miradas que retratan mejor al personaje que muchas biografías. Yo como no soy fotógrafo (ahí está mi foto para demostrarlo) he necesitado ayudarme del texto. Pero creo que bien elegidas, tampoco son necesarias muchas palabras.

domingo, 17 de mayo de 2009

Mujerzotas 3

Me manda un e-mail un amigo - como será la cosa que ni siquiera se atreve a comentarlo en el blog - para decirme que después de lo que he escrito sobre Madrid que me olvide, que por aquí no vuelve nadie. Que a quién se le ocurre ponerse tan madrileño. Y que mejor cambio de blog o dedico este a temas castizos o así.
Me vais a perdonar pero yo es que lo castizo no termino de pillarlo.
Cuando era niño aún existían las verbenas en cada barrio que para empezar, en el mío, se llamaba kermés.
Yo allí nunca vi una gorrilla ni un organillo ni nunca escuché un chotis. Canción melódica, rock, twist y pasodobles para los abuelos eran la base del repertorio musical. Tampoco se bailaban rumbas, ni sevillanas como en cualquier sarao de hoy día. Como mucho, la orquesta se marcaba un cha cha chá por aquello de que una tal Esperanza no sabía bailar otra cosa.
Lo que si había eran sainetes. Todos los días. Y gratis:



Elvis
Elvirita la gorda tenía dos oficios. Y eso con solo trece años.
Era vendedora de gusanos de seda. Gusanitos, gusanitos, para el nene y la nena... voceaba junto al portal del 30 de mi calle con su caja de zapatos rebosante de morera. También era encuestadora: -¿Paul Anka o Elvis Presley?...Y recogía firmas para el rey Elvis con destino a algún programa de la radio o para cualquier otro palmarés de clubs de fans o del colegio.
Fue la primera fan histérica que habíamos visto en el barrio. Ya no pararía de sorprendernos. Era, por ejemplo, y a pesar de sus kilos, una ágil saltadora
de comba, actividad que practicó hasta los veinte años para regocijo de los de la taberna que se asomaban a verla -tetas arriba, tetas abajo- con celebradísimo entusiasmo: Los chinitos, en la China, cuando no tienen que hacer...Lo malo es que su madre , siempre al quite, le prohibió volver a saltar a la comba hasta que no adelgazara. Una contradicción, si, pero ¿qué sabía la Polonia del fitness?
Elvirita, ya pollita, seguía siendo para todos, Elvirita la gorda. Se pasaba el día comiendo y, claro, no se comía una rosca.
Igual que de pequeña no paraba hasta que te colocaba un gusa
no o te perseguía, bolígrafo en mano, para que votaras a Elvis, con la misma vehemencia, se lanzó a la caza del hombre.
Todo lo que consiguió fue que se rieran de ella. Los chicos, ni caso y las mujeres la evitaban por boba y porque era un eficaz repelente al macho.

Sola y desprestigiada, Elvirita tomó una decisión. Nadie sabe como lo hizo pero en un mes era una chica normal y en dos, una gachí cañón. Al nuevo peso le echó maquillajes fuertes, vestidos provocativos y mucho tacón...Y le puso un nombre:
Elvirita, guapa, ¿qué va a ser? - preguntó Pepi la frutera.
- Un melón. Y me llamo Elvis


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Mujerzotas2

viernes, 15 de mayo de 2009

Madrid, Madrid, Madrid



Qué mejor día que el de San Isidro para salir del armario. Si, lo confieso, soy de Madrid.
No es fácil vivir con eso, no creáis.
En cuanto pasas el túnel de Guadarrama, por poner un ejemplo, sale un propio y te pregunta :
- ¿Y tu de dónde eres?
Ya esa urgencia por la clasificación geográfica que hay mas allá de nuestras fronteras, te choca. Pero lo peor viene luego.
Tu, claro, respondes que de Madrid y todo lo que recibes es un Hummmm… cuando no un morro torcido. Y empiezas a pedir perdón:
- ¿Y tu eres de aquí?
¡ Oh, qué bonito !...Esa catedral, esa plaza…Bueno por no hablar del queso (siempre hay uno, no hay que arriesgarse con el tipo de embutido).
...Y luego es que yo oigo la jota esa ( cámbiese por cualquier joya de nuestro rico folclor ) y se me ponen los pelos de punta.
...Claro que lo mejor es la calidad de vida que tenéis. Qué envidia, oye, vais andando a cualquier sitio. Y que vas por esa calle Mayor y ahí lo tenéis todo: Zara, Springfield…

Y el /ella en la mejor tradición española te corresponde con un:
-Yo, en Madrid, no podría vivir.
-Te entiendo.
Llegado este punto, lo que toca es poner a parir a Gallardón. Y, ni por asomo, se te ocurre mencionar que los coros y danzas de su bonito pueblo te cortaron la Castellana apenas hace unos días.
Ahí, ya si. En vista de que eres un tío con el que se puede hablar y no un chulo de mierda, el autonómico por fin te mira a los ojos y te hace la gran pregunta:
- Porque, a ver, después de todo, ¿tu cuantas veces al año vas al teatro?

De Madrid al cielo, que lo tenemos ganao.

lunes, 11 de mayo de 2009

De abandonos

Mi amigo, al que le regalé la historia de Persita (véase Persita Puig), anda medio enfadado porque le señalé públicamente como responsable de que yo haya llegado a estas alturas de mi vida con una falta absoluta de visibilidad mediática.
Dice que si nunca hizo aquel corto, que sin duda nos habría llevado a la fama, fue
porque sus intereses cambiaron, que el cine dio paso a nuevas inquietudes artísticas. Y que hoy le satisface mas dar rienda suelta a su creatividad en el terreno del arte dramático.
¿Arte dramático, no? Muy bien, pues le voy a regalar un monólogo acojonante. No es que sea bueno, que aquí de eso no gastamos, es un monólogo ful, naturalmente. Ni la mejor actriz del momento sería capaz de arrancar un solo aplauso con semejante texto. Ahora bien, lo mismo que te digo una cosa te digo otra: esto, interpretado por un tío, sería un bombazo. ¿O es que no habéis visto el último Hamlet con la Portillo?



El navajazo

UNA MESA CON VELAS PREPARADA PARA UNA CENA DE DOS EN UN SALÓNCITO CON COCINA INTEGRADA.
INOCENCIA ESTÁ SENTADA EN UNA DE LAS SILLAS JUNTO A LA MESA CON LOS OJOS, FIJOS EN EL TELÉFONO.
SUENA EL TIMBRE DEL HORNO. INOCENCIA HACE UN AMAGO DE COGER EL TELÉFONO, LUEGO SE LEVANTA, SE DIRIGE A LA COCINA, SE PONE UNOS GUANTES Y SACA DEL HORNO UN ESPLÉNDIDO BESUGO. LO LLEVA HASTA LA MESA, VUELVE A SENTARSE Y SE QUEDA MIRANDO AL BESUGO MIENTRAS SE QUITA LOS GUANTES.

INOCENCIA (al besugo) :
-¿Y tu que miras, con esa cara? No te preocupes que a mi esta noche no me cabe nada en el estómago.
No hay cena, no, ¿vale? No ha venido y no va avenir, punto. Ya lo sé.

INOCENCIA LLEVA LOS GUANTES JUNTO AL HORNO, SE VUELVE AL BESUGO QUE LA MIRA DESDE LA MESA Y LE PLANTA MUY TRANSCENDENTE:
-Lo nuestro lo ha matado una manchega.

Y YA EN TONO MAS COLOQUIAL:
Una de Albacete, para ser más exactos.
Angel no es de Albacete, no... pero todas esas, si.
Desde luego la que se ha presentado a tomar café en casa de Angel hoy mismo era de Albacete.
¿Y la del sábado pasado? Porque también el sábado pasado Angel me dijo que no, que no, que de vernos, nada. Que esa tarde una opositora de provincias iba a tomar café a su casa.
Si, si, de provincias ...¡De Albacete!

INOCENCIA SE ACERCA A LA MESA, SE DEJA CAER EN LA SILLA Y APAGA LAS VELAS SOPLANDO CON FURIA
-Que dos sábados seguidos me haya hecho el avión por dos de Albacete no quiere decir que Angel no esté colgao conmigo , ¿eh?...
Vamos a dejar las cosas claras. Aquí el problema es que, así como todo el mundo sabe que los ingleses toman el té a las cinco, nadie ha sido capaz de precisar a qué hora toman el café los de Albacete. Y, claro, así no hay quien cierre una cita...¡Panda de navajeras!

SE SIRVE UNA COPA DE VINO BLANCO. BEBE Y CONTINUA:
-Sea como sea, y no es por presumir, he conocido tiempos mejores. Si, si, no me mires con esos ojos.
Sin ir más lejos, aquel coreógrafo gabacho que me dejó por la Secretaria de Cultura de la República de Francia. O el director creativo que se me largó con un bombero...
¡Una de Albacete!... ¡Qué nivel! ¡Qué mal rollo! .
En fin, parece que en mi vida ya no hay lugar para los sueños...

SIGUE UN LARGO SILENCIO EN EL QUE LOS OJOS DE INOCENCIA EMPIEZAN A COMPETIR EN TRISTEZA CON LOS DEL BESUGO
-Pues si que estamos buenos.. ¿Sabes lo que te digo? que no hay historia mala que no se arregle con un buen título. ¿Cómo podríamos llamar a esto?...

INOCENCIA SE LEVANTA Y EMPIEZA A PASEAR ARRIBA Y ABAJO INTENTANDO PENSAR.
-Mmmmmmm... ¿Qué tal "La Indefinición de Albacete"? No, no. Suena muy serio. Mmmmm...

SE PARA DE GOLPE Y SEÑALA CON EL DEDO AL BESUGO:
-¿"La Mancha y el café"?,
HACE UN GESTO CON LA MANO QUE INDICA “LO PILLAS”
-¿"Toma café y vete"?...No, no es eso....

Y VUELVE A SU PASEO:
-Mmmmm....¡"Navajazo"!
Si, si eso es. A ver: "El Navajazo", de Camus... Claro,¡ un navajazo! Esto no ha sido un plantón, ha sido un navajazo...

INOCENCIA DIBUJA CON LAS MANOS EN ALTO UNA GRAN CARTELERA EN EL AIRE:
-"Navajazo". The film...¡Perfecto!

ETIQUETADA LA PENA, INOCENCIA SE QUEDA MUCHO MÁS TRANQUILA Y EMPIEZA A RECOGER LA MESA.
-Yo es que lo que no aguanto es la vulgaridad...Ni el desorden.

VA A LA COCINA Y
VACÍA LA FUENTE CON EL BESUGO EN EL CUBO DE LA BASURA
-Compréndelo colega, no podría soportar esa mirada tuya compadeciéndote de mi desde el frigorífico.

INOCENCIA SE COLOCA LAS TETAS, COGE EL BOLSO Y SALE POR LA PUERTA:
- Adiós, ¡BESUGO!

domingo, 10 de mayo de 2009

SpotsTV

PERSITA PUIG
Leo en alguna parte que en no se qué programa de algún canal de televisión (mi gran memoria es legendaria) vuelve el personaje de Persita Puig.
Sepan los mas jóvenes que Persita Puig, su vida ha cambiado, fué uno de los grandes hallazgos del marketing en los ochenta.
Esto me ha hecho recordar que hace tiempo escribí una historia sobre Persita que regalé a un amigo con la única intención de que le inspirara un corto que nos haría famosos a los dos.
El corto no se hizo nunca ergo no somos famosos ninguno de nosotros. Por su culpa, claro.
La historia ya no es mía puesto que se la regalé pero hoy voy a publicarla aquí para vengarme. Famoso no seré pero rencoroso, un rato.



Persita Martini

Noche tras noche, sobremesa tras sobremesa, Persita Puig nos contaba entusiasmada su lucha contra las manchas difíciles. Persita fue la heroína de millones de amas de casa fascinadas por la eficacia con la que esta catalana se ventilaba la colada.

La estrella del detergente lleva años fuera de la programación. Nunca lo ha lamentado. Incluso agradece su vuelta a la vida cotidiana y anónima en su cocina de clase media.
Mientras, nuevas prescriptoras la han sustituido en la pantalla. Algunas incluso han alcanzado una efímera popularidad por su destreza contra la mancha de picota. Pero ninguna como Persita: tan eficaz en la colada, tan señora junto a la automática. No es de extrañar por eso que volviera a ser programada. Persita vuelve a la pantalla. Y en prime time, como las grandes.

Giorgio es un chulo en blanco y negro al que se le adivina un leve tono encarnado en los morros. El pelo moreno, corto; la nariz, recta, fuerte. Blindado tras unas gafas de sol Onasis, compone un tipo canalla en la frontera de lo impresentable.
Giorgio, camisa blanca, viste de negro. El traje impecable, justo de talla, insinúa un cuerpo bien formado, en realidad menos fuerte de lo que la ropa, con calculada intención, sugiere.
Giorgio es irresistible. Se ha visto a mujeres muy hermosas abandonar magnates a un gesto de Giorgio. Chicas Bond perder los papeles. Rubias platino desmadejarse por seguirle. Se le ha visto -¡qué mamón!- despreciar morbosas proposiciones con la suficiencia y el aplomo del que las tiene haciendo cola.

El Marketing quiso que Persita y Giorgio coincidieran en el mismo bloque publicitario. Fue en la 2, la misma noche de la reaparición de Persita, y se hablaría mucho de ello. Se dijo que le traicionaron los nervios. Que si había pedido la confianza en su detergente... Hay quien insinuó que no resistió la presión de la contraprogramación que se anunciaba.
Persita se disponía a explicarnos una vez más su habilidad contra la grasa cuando, desde el anuncio que precedía al suyo, Giorgio la mira fijamente y le hace un mohín con los labios. A Persita se le desboca el corazón, se siente súbitamente confusa: halagada, excitada, guapa y, al mismo tiempo, indefensa, desnuda...Echa mano de lo primero que encuentra en el tambor de la lavadora: unas bragas sucias que se lleva al pecho para ocultar la erección de sus pezones. Al mismo tiempo, con la otra mano se aferra a la automática en un último intento de guardar las formas. Giorgio, implacable, le dedica su gesto definitivo: se pasa el dedo más gordo de la mano por todo el morro.
Antes mujer que ama de casa, Persita no puede resistirlo. Ella, que no ha sido capaz de ser infiel ni a un detergente, abandona su spot por el de Martini.

Los colores de Persita, resistentes al lavado, desentonan en el blanco y negro años sesenta del spot de Giorgio. Sofocada como llega a la soleada Riviera italiana, la rebequita la está matando. Definitivamente no va vestida para la ocasión pero no hay tiempo que perder. Insegura pero hechizada se dirige con paso firme hacia el gigolo que le ha puesto morritos.
Segundos fuera. Y entra el spot de Persita sin Persita, perdida para siempre en aquel spot que la invitó a vivir, tan lejos del mundo del prelavado.
Tampoco a Giorgio se le volvería a ver restregándose el morro por la Riviera. Persita no ha renunciado a una reputación por treinta segundos de felicidad. Y se lo ha dejado claro: el frotar se va a acabar.

sábado, 9 de mayo de 2009

Mujerzotas 2



Marina
La señora Marina tenía una pensión: Pensión Marina. Allí no se admitían mujeres. Por allí pasaban peones de albañil, fumistas, chapistas, mancebos de farmacia y temporeros en general.
La señora Marina tenía otra pensión: la de viuda que le había dejado su difunto y con la que podía vivir sin problemas -y sin huéspedes- tan ricamente. Pero Marina era muy fea. Y muy vieja. Y era gallega. O sea, que tenía morriña. Y puso la pensión.
El precio oscilaba entre muy barato y muy caro, según se mire. Esto lo
comprendí una mañana en que la señora Marina estaba colgando en su balcón, como tantas veces, el cartel de SE ADMITEN HUÉSPEDES. Lo dijo la Polonia : -La Marina -dijo- no tiene a quien meneársela. Se organizaba el movimiento obrero.

Polonia

La Apolonia con el "la" perdió la "A" y se quedó con Polonia para los restos. Ella era así de chula.
Lo que si tenía era muy mala leche. Y el culo mas gordo que yo había visto. Así que a La Polonia no la tiraba los tejos nadie ni por recomendación del Papa
. Ni siquiera Virgilio el de los Ultramarinos y eso que, con cinco hijos, la cuenta de los comestibles era morrocotuda.
-Ya me pagarás, mujer, ya me pagarás...
No era de extrañar, por eso, que La Polonia llevara tan mal lo del novio de La Nuri.
La Polonia tenía un marido pintor que no pintaba nada. Era el marido de la Polonia. Sus hijos eran Paquito el de la Polonia, Ramoncín el de la Polonia...Y así hasta cuatro. La única que tenía entidad propia era Elvirita, la más pequeña, que no había heredado el referente materno. Ni su culo.
Un día el novio de la Nuri dio una vuelta a Elvirita en la vespa. Y se armó:
La Polonia que le agarra de las solapas -¡chulo! - y le suelta un discurso sobre esas zor
ras que montas -en la moto- y las chicas decentes. La Nuri que sale de la taberna y le dice que le suelte. La Polonia que nones...
-Quítate te digo que te doy con el sifón. Que aquí no estoy en Francia y no pierdo mis derechos -amenazó la catalana.
La Polonia, sublevada, desoyó los argumentos legales de la emigrante. Hizo mal. Desde su metro setenta largo, la Nuri le enchufó un chorro de seltz en toda la permanente.

Las mujeres del barrio manifestaron su solidaridad con Polonia. Y sent
enciaron que estaba muy bien eso de que la catalana defendiera su independencia pero que de ahí, a pasar a la lucha armada...

Y TAMBIÉN:
Mujerzotas1

martes, 5 de mayo de 2009

Mujerzotas 1

Desaparecieron junto con el asperón, el engrudo y la carbonilla. Mujeres de mi infancia, las sillas en la acera. Historias de barrio contadas al fresco en las noches de verano. Y un niño que escucha atento, preparándose para lo que se le viene encima.

Nuria
La Nuri era catalana y muy independiente. Trabajaba en Francia pero tenía marido y dos hijas en Cuatro Caminos.
La llegada de la catalana inauguraba la temporada de veran
o en el barrio y ponía un toque internacional en la cola de la carbonilla.
La Nuri era -en pleno franquismo- una gran defensora de sus derechos. Tengo mis derechos -repetía cada dos por tres para asombro de todos.
Esta se cree que está en Francia -dijo, antes de perder dos dientes, una que se le quiso colar en la frutería.
Y es que La Nuri era lo que se llama una fiera y, después de decir lo de sus derechos, pasaba a la acción sin contemplaciones.
Uno de los derechos que más asombraban en Cuatro Caminos era el derecho de La Nuri a tener novio.
El novio era un chaval de veinticinco años -unos quince menos que la catalana- que parecía sacado de una película del neorrealismo italiano. Hasta vespa tenía.
No es que La Nuri fuera la única que coronaba al marido. En el barrio las había con amantes, con "huéspedes"...Las había que tenían un lío y más de una se lo hacía con Virgilio el de los Ultramarinos. Pero novio, novio ¡y que las viniera a buscar al portal en vespa!...
Como dijo la señora Marina: -Oye, ella trabajará en París, pero no hay derecho.