Tengo una amiga muy amante de la moda. No es rica pero, hasta donde puede, se surte de las grandes marcas de costura. No, no es marquista, que ya me parece oíros, y si hay que reconocerle un gusto exquisito. Lo mismo podría decirse de su forma de peinarse o de su maquillaje. Una vez le acompañé a comprar un perfume y fue como asistir a un master de altísima perfumería.
Felizmente casada, anoche, junto a su chico, me recordaba lo agradecida que me estaba por un consejo, que dice que le di, para ligársele:
No le asustes. Ponte unos jeans y una camiseta. ¡Y suéltate el pelo, por favor!
Lina:-Paco estaba destrozado. Y yo con esos pelos.
Pongamos que trabajo en una tele comedia y tengo que decidir el vestuario de la prota: una mentirosa patológica. Pues eso, así iba vestida yo el día que Paco me pilló por primera vez en una mentira.
Yo quería defenderme y mi aspecto no hacía sino rebatir todos mis argumentos. Aquellas mallas rojas estrechísimas, de cintura baja, baja, baja. Aquel top de lycra negra sin tirantes que a penas me cubría el pecho. Aquellas botas de plataforma, tan inestables, no me ayudaban nada. Y el pelo: unos canutillos de colores recogidos en moñitos, muy monos, que tampoco contribuían a mi defensa.
Me sentía miserable y ni siquiera llevaba un bolso al que agarrarme. Me dolía haberle hecho daño.
¿Cómo consolarle? ¿Se puede convencer a un novio de que eres buena con una banda de lycra por las tetas?
Tenía unas enormes ganas de llorar, aunque ya no sabía si era por él o por mi, tan desgraciada, que ni siquiera iba vestida para ponerme a llorar con un poquito de dignidad.
Si yo se que Paco se iba a enfadar esa tarde, me visto de otra manera. Para empezar, me dejo el pelo suelto que ayuda mucho en estas situaciones. Te lo retiras de la cara con la mano abierta en forma de peine, mirándole muy seria y, vamos, si no te cree por lo menos se pone cachondo. Y luego pues, nada, un vestido cortito y suelto de esos que parece que no te has arreglado como los de las chicas americanas de las gasolineras de los anuncios. ¡Ya te digo! si una ya sabe de que van los tíos. Lo que pasa es que yo no me había vestido para eso. Pero yo, vestida como yo me sé, le hago lo del pelo y le digo que lo he hecho por él y me cree. ¡ Vaya que si me cree! Si el pobre estaba deseando creerme...
Y es más, supongamos que no me creyera. Pues cojo y me voy. Y cuando me estoy alejando, me vuelvo a mirarle, tristísima, haciendo volar el pelo en el aire a cámara lenta y viene detrás de mi, fijo. Pero aléjate con dignidad sobre 10 centímetros de plataforma... Que no, que me pilló vestida de mentirosa. Y me dejó. Y se me partió el corazón. ¡Odio la lycra!
Julio Romero de Torres (1874 - 1930)
Hace 2 semanas
14 comentarios:
Me alegro Molano, que ya veo que está superando el affaire del cochinillo. Se te ve con mejor humor y me alegro. A mí me pasa un poco con lo de la moda que siempre me visten y no tengo ni idea de cómo voy. Un día me van a poner unas mallas bajas, vas a ver.
Saludos.
Por eso no llevo yo tacones: para poder irme con dignidad de los sitios. Si los llevase, estoy segura que me torcería un tobillo y caería todo lo larga que soy... y eso sí que no lo arregla ni una melena moviéndose a cámara lenta!
La lycra es un arma de doble filo.
Y desde unas plataformas nunca se ha hecho ninguna obra de caridad.
Que bueno, en lugar de “Vestida para matar”, “Vestida para mentir"...
Si es que la lycra siempre ha sido muy traicionera… Y las plataformas, engañosas, además de antiestéticas para mi gusto…
Un beso
La de vestidos de lycra que habré hecho , y si son muy ordinarios... pero los vendiamos como churros. Hay mucha poligonera en este pais... pero mucha... Total las finas casi nunca tienen un duro (pero mucha cara)
La lycra y el talle bajo han hecho mucho, mucho daño en los últimos tiempos...
J.Ángel,creo que recojo el sentir popular si te digo que queremos verte con mallas. Ándale.
Maikix, me has recordado "trailer para amantes de lo prohibido" Bibi Andersen le pedía unas monedas a un tipo para la máquina de discos del bar y decía: "no me gusta dejar los sitios sin música". Así hay que irse, a lo grande.
HLO, cuanta verdad en tus palábras, quizá Josephine Baker sea la excepción que lo confirma.
Vivián, de acuerdo con lo de las plataformas y sobre la licra añadir que provoca sudores extraordinarios.
Calamarin, me excuso y si es necesario me desdigo de todo lo antes escrito. ¿Cómo iba a saber yo que eres el rey de la lycra?
Estoy seguro que lo que hacías tu con la lycra era finísimo, elegantísimo, coolísimo y ni hacía sudar ni nada. Es mas a ninguna de tus poligoneras le dejó nunca un novio por culpa de la lycra. Faltaría mas.
Victor, ese talle bajo, principalmente, revelando el gusto infame que gastamos en ropa interior, está acabando con las fantasías de muchos. Y no hay derecho.
Yo creo que esta chica, a pesar de lo que crea, está falta de recursos. Con lo fácil que hubiera sido ponerse el top de cinturón. O de turbante. La lycra bien utilizada tiene sus ventajas.
Me gusta. :)
Definitivamente, voy a volver a dejarme el pelo largo.
Uno, era mentirosa no una zorra.
Angus, bienvenido a esta tu casa.
Patsy, déjalo crecer, tu que tienes.
Gracias a los tres por los comentarios y un abrazo.
Y el pobre Paco, ajeno a esos tejemanejes...
(Qué bonita la presentación de estas entradas, con esas chicas a la izquierda..)
Gracias, Justo, me alegra que alguien se fije en mis chicas.
Un abrazo.
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