La Ascensión
Ascensión había dejado el convento cuando comprendió que no quería ser santa. Ella quería ser mártir.
Cuando llegó al Sixtina, el viejo café estaba a rebosar. Luis la esperaba en la barra con un hombre que le miraba en silencio sin intentar ocultar sus lágrimas.
Tan pronto como vio entrar a Ascensión, de un empujón, Luis se quitó al infeliz de encima al tiempo que su cara se iluminaba con una sonrisa radiante. A los ojos de la monja tránsfuga, su luz borraba al infeliz, al resto de la clientela e incluso la barroca decoración del local. En su halo, Luis se le apareció tal y como era: arrogante, guapo, un tipo espléndido. Y un canalla.
Ascensión podría parecer a algunos una persona complicada pero, en realidad, su vida se regía por unos esquemas bien sencillos. Unas cuantas reglas básicas - herencia del convento- que cumplía a rajatabla. No se complicaba mucho la cabeza: con la carne, vino tinto.
Así pues, aquella tarde al ver a Luis, concluyó sin vacilar: - Es un canalla ergo estoy perdida. Y eso iba a misa.
Esa misma noche se unieron en el Sixtina y pasaron la luna de miel en la pensión Roma.
La ex novicia - para entonces una cotizada diseñadora de arte sacro- tenía su estudio/vivienda en un bonito duplex dos calles más abajo pero aquella habitación de la pensión con el somier de muelles, la colcha adamascada en clara lucha con el papel de la pared y la lámina enmarcada de la Virgen del Carmen era como trasladarse a otro lugar. Un auténtico viaje de novios. Como si estuvieran en Valencia.
No lo comprobó pero, estaba segura, de que debajo de la cama había un orinal. En un rincón de la habitación, un pequeño lavabo estaba colgado de la pared a la altura justa para que Luis se lavara el rabo. Todo era perfecto.
Un mes mas tarde, ya instalados en el duplex, todo seguía siendo perfecto. Y claro, no era eso...
Ascensión ya estaba dispuesta a arremeter con aquello de ¿Te hago feliz? pero no hizo falta. Luis, sin avisar, faltó una tarde a su cita.Naturalmente no dio ninguna explicación porque para eso era un canalla.
A partir de entonces, la vida de Ascensión fue un cursillo acelerado de expresión corporal.¿Qué significa esa sonrisa? ¿Y ese ceño fruncido?.. ¿Se toca el paquete para excitarme o tiene ladillas? ¿Por qué no habla? Es más,¿por qué respira tanto?
- Esto se tiene que terminar, Luis. Y Luis que se presenta con el calzoncillo saliendo sobre la cintura del vaquero como una estampita de Calvin Klein.
-A mi nadie me trata así, Luis. Y Luis que la mira fijamente durante todo un segundo entero.
- Estoy perdida.
Hacía una semana que no le veía ni sabía nada de él. Una semana que recorría religiosamente el bar donde desayunaba, el gimnasio, los billares de su barrio y la cola del INEM, en un vía crucis que solía terminar de madrugada en la barra del Sixtina.
Empezó entonces a buscarle por los peores garitos de la ciudad: bares homo de sexo duro, puticlubs, sex centers...¿Qué hacía una monja de diseño en unos sitios como esos? Solo la desesperación podía llevarla allí pues sabía perfectamente que, en esos temas, Luis era un canalla muy escrupuloso.
Aún así, Ascensión cerraba los tugurios cada noche sola y borracha pero, dentro de lo que cabe, bastante jodida.
Una noche al fin, Ascensión entró en el Sixtina y vio a Luis en una mesa. A su lado, una mujer le miraba en silencio sin intentar ocultar sus lágrimas.
Cuando Luis vio entrar a Asunción, no se le iluminó la cara ni hubo radiante halo; solo una amable sonrisa de bienvenida que se fue borrando de sus labios a medida que empezó a escuchar (y todo el café con él) el rosario de improperios, quejas, lamentos e insultos de Ascensión.
Luis, el muy canalla, le dio una hostia.
Y todos en el Sixtina la vieron volar sobre las mesas. Y contemplaron extasiados la asunción de Ascensión, elevada finalmente a la categoría de mártir.
Esa noche fue su día. Uno de esos jueves del año que relucen más que el sol.
Y TAMBIÉN:
Llega el verano. Cuidado/ El Navajazo
13 comentarios:
Salir de un ecnierro para venir a otro no se si peor o mejor, pero encierro al fin.
Como torcer un destino cuando inconcientemente buscamos un fin y hacemos lo justo para llegar deprisa?
2046
Sobrecogedor relato de la ascensión de la Asunción a mártir. ¿O era al revés?
Real como la vida isma. Pobre Ascensión. ¿Y qué fue de la otra?
Champy me has impresionado “Como torcer un destino cuando inconscientemente buscamos un fin y hacemos lo justo para llegar deprisa?”
Te pido que me dejes usarlo. Voy a exigir a mis editores(pienso tener varios) que lo pongan en la portada.
Maikix, hay que fijarse, no es lo mismo ascender que ser asunta.
Breckenbridge, ¿no me digas que había otra? Me alegra verte por aquí.
Saludos a todos.
Ascen/Asun ya sabía que la cara tiene su envés. Si tenía vocación de mártir...
El viacrucis gimnasio-billares-inem me ha encantao. Y todo...
Con la iglesia hemos topado ...
No se quién era más martir de los dos ...
Cada uno llevaba lo suyo, imagino.
Nunca he entendido este tipo de mujeres... También es cierto que los canallas nunca me gustaron más de 48 horas, en cuanto los vi venir, salí por piernas...
Al golpito, cada cual tiene su cada cuala. A veces es difícil distinguir quien es la víctima.
Justo, supongo que también tu querías decir algo así.
En cuanto a via crucis, en mi primerísima juventud me hice alguno: portal, colegio, jardín, no menos doloroso.
Calamarin, perdona, no me puedo creer que seas tan inocente. Creo que de las 48 horas, 24 te las dejabas de regalo.
Yo comprendo perfectamente a Ascensión porque si su vida se rige por cuatro principios básicos, ¿a cuento de qué viene cambiarlos? Si Luis es un canalla, es un canalla, y se le acepta con todas sus consecuencias aunque sepas que te va a hacer de sufrir. Las Chonys de este mundo sí que saben sufrir.
Pasaelmocho, totalmente contigo. O somos o no somos. Además vas tu a comparar un canalla con un cilicio. No hay color.
Wow, cuánta violencia. Esto del casticismo molaniano se está poniendo interesante: menos sentimiento, más acción.
El sábado estuvimos en las fiestas de la Paloma. Pocos julianes, menos chulapas, demasiados borrachos, alguna Asunción en 'descensión' mostrando ombligo.
Un saludo.
Mire usté, Don Hidalgo, uno es sentimental cuando tié que ser sentimental pero si uno tié que pasar a la acción, uno pasa.
Y la verbe es lo que tié que uno nunca sabe.
me encanta!!!!!
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