domingo, 27 de septiembre de 2009

Linea 1


Ángel
Anochece en Madrid. Ángel camina cabizbajo con paso cansino junto a la masa de gente de paso decidido que vuelve a casa después del trabajo.
Ángel tiene cara de ángel. Un rostro demasiado infantil para su edad. Por lo demás, es tan normal que llama la atención. Ningún chico de veinticinco años llevaría esas gafas negras de pasta tan serias ni esa ropa tan anodina. Ni por supuesto, esa enorme cartera con la que va a todas partes. Un toque KGB nada recomendable para alguien que quiere pasar desapercibido.

Ángel se acerca al kiosco de prensa y compra un cómic erótico: Lula Web, este mes, con CD de regalo. El vendedor le mira extrañado. Hubiera jurado que, con esa pinta, iba a pedir una revista de bricolaje. Y hace un gesto como diciendo: mira este, y parecía gilipollas. Ángel guarda el cómic en su cartera totalmente ajeno a las deducciones del vendedor y sigue su camino hacia la boca del metro.

Al fondo del anden, por donde entran los trenes, Ángel se sitúa en el mismo borde, mirando al frente, muy quieto. El tren le pasa muy cerca lo que aumenta la velocidad de las imágenes que pasan frente a él. Es como ver un videoclip con un montaje endiabladamente picado. El tren viene muy lleno. Los viajeros aplastados contra los cristales de las puertas forman collages muy cómicos. Como no pueden moverse parecen instantáneas enmarcadas por la puerta. Uno de los viajeros con camisa blanca y los brazos levantados, le ha recordado el personaje de Los fusilamientos del 2 de Mayo
El tren ha parado. Al abrirse las puertas, los viajeros salen despedidos y Ángel, ensimismado en su videoclip, a penas tiene tiempo de reaccionar y hacerse a un lado.

Loli

El vagón está a rebosar. Loli viaja de pié, entre las filas de asientos, donde no hay tanta gente. Al agarrarse a la barra, su chaqueta deja ver unos kilos de mas. Bajo un maquillaje excesivo, se adivina una cara bonita, oculta tras unas enormes gafas de sol. Lleva el pelo recogido en un gran moño años sesenta que le obliga a esquivar continuamente la barra. Loli habla con Moni que, como es muy poca cosa, tiene que mirar hacia arriba para escucharla lo que enfatiza la admiración que siente por su amiga.
Moni no deja de mascar chicle mientras escucha embobada a Loli:
- Paco es un chico ideal. Es guapo, es divertido... Educado que te cagas. Da gusto hablar con él. ¡He tenido una suerte!
De cine sabe...¡lo que quieras! Tiene mogollón de pelis en blanco y negro. Y mogollón de fotos de Audri Gepu. Se sabe de memoria todos los diálogos de Desayuno con diamantes. Pero luego es muy moderno, no te creas. Lleva una ropa guapa. Así, justita, ¿no? que, como va al gimnasio, está que te muueres.
Pues bueno, ¿qué te crees que me dice la Sandra? Pues va y se pone: (y aquí sube la voz para imitar a La Sandra) Oye, tía, para mi que tu novio es maricón.
Todo el vagón mira a Moni compadeciéndola. Moni les devuelve una mirada lela mientras sigue dándole al chicle.
Por la ventana, Loli mira la llegada al andén. Alguien entre los que esperan llama su atención: es Ángel con su cartera KGB.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Cómo está el servicio 2

Me gusta cumplir mi palabra, así que aquí están las sirvientas de cine que injustamente olvidé en la entrada que publiqué anteriormente sobre el mismo tema.

1- La Julia Caba Alba que reivindicó el Deme. 2- Elsa Lanchester, reclamada por Ethan. 3- La mejicana Carmen Salinas, La corcholata, dedicada a Champy que me sugirió a Amelia Wilheymi, Lili Inclán o Lupe Carriles a las que no conozco. 4-Florinda Chico por derecho propio. 5-Lola Gaos. A ella y a Florinda me las recordó Justo. 6-La Ana Belén de Españolas en Paris, representando a la bonne espagnole, aportación de la casa. 7-Juanita Moore por petición de Senses recordando su Imitación a la vida.
Y todo el cast de Gosford Park con ese Alan Bates, esa Emily Watson o Clive Owen (por nombrar solo algunos del servicio) en recuerdo a los comentarios de Patsy sobre el juego que da el upstairs downstairs en el cine británico y en el español.


Y TAMBIEN:

Cómo está el servicio / La chacha

lunes, 21 de septiembre de 2009

La chacha

Algunos ya me conocéis, cojo un tema y me cuesta soltarlo. La entrada anterior me trae a esta dedicada a otra chica de servir no menos famosa: la chacha.
La muchacha de servicio autóctona, muy buscada, extendería su
prestigio mas allá de nuestras fronteras donde era conocida como la bonne espagnole. En mi barrio estaban las mas listas: las que trabajaban con los americanos de la Base, que acababan de instalarse a vivir en la zona. Por eso a nosotros nos tocó La Casi.
-Manolo, ¿qué quiere decir necia?
-Tonta, estúpida… Pero no se usa a penas, es un poco antiguo.
Casilda se va directa al teléfono, marca, espera y por fin:
-¡Yo seré necia pero tu eres un antiguo! ¡CLANK!

Ya me podía olvidar de que me planchara la camisa. Esa tarde Casilda la dedicaría a subir el bajo de todas sus faldas, por lo menos, diez centímetros. Este sube y baja era muy frecuente y siempre coincidía con el ir y venir de los novios de la muchacha.
Casilda era de Badajoz pero podría,
perfectamente, haber sido de Estocolmo. Alta, rubia, ojos azules y un tipazo, así era ella. Con esas hechuras, Casilda no tardaba ni dos días en sustituir al novio antiguo por otro nuevo. Otra cosa era mantenerlo. Y es que la pobre era muy ignorante y muy de pueblo. Y lo peor: muy decente. Entendiendo por decente que no se dejaba meter mano así como así.
Mi padre, al enviudar, contrató a Casilda para que llevara la casa. Casilda tendría unos veinte años, yo diecisiete y mi hermano veintidós. Con tres hombres en edad de meter, Casilda dejó muy claro que ella no dormía en la casa. La verdad es que mi padre y mi hermano no paraban mucho por allí y yo estaba enamorado de Elsa Martinelli.
Fue novia del frutero, del de la tienda de ultramarinos, del tabernero… Siempre tipos espabilados con negocio propio. Cuando acabó con toda la pequeña y mediana empresa de nuestra calle, se fue a Suiza de emigrante.
Nos dejó un buenísimo recuerdo y un armario con el ajuar: proyectos de vajilla, proyectos de cristalería, cubertería y juegos de toallas que iba reuniendo con los puntos del Spar y de la gaseosa la Pitusa. También dejó una cartilla llena de cupones Hogar Moderno con la que le hubieran dado la sopera. O casi.

jueves, 17 de septiembre de 2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

La Gradisca

A penas hace un mes, recordaba yo aquí algunos episodios de mi infancia y Victor González me comentó:
- Muy bonito, Manolo. Parece Amarcord.
Igualito Victor. Faltaba la Gradisca - le respondí.
Para mi, Magali Noël desapareció tras este personaje enorme que Fellini le regaló en Amarcord.


Magali Noël

Ayer, Magali volvía a ser ella misma. Me la devolvía la reedición de su disco de canciones de Boris Vian de cuya muerte se cumplen ahora 50 años. El Pais publicó el sábado un estupendo artículo sobre ello
Fais moi mal, Johnny, es una de las canciones del disco y uno de los primeros rock en francés. Impagable letra del cachondo de Vian, que Magali interpreta en todo el sentido de la palabra. Parece que tuvo problemas con la censura. Hazme daño, Johnny creo que hoy también los tendría.
Magali hizo mucha serie B pero también estuvo en películas que han hecho historia, como en esa joya del cine negro que es Rififi (Du rififi chez les hommes), como el Satyricón y La dolce vita de Fellini o Z de Costa Gravas.

Os recomiendo este video donde canta Rififi, canción, como la anterior, del género canción masoca.

Y TAMBIÉN:


Sentimental jurney/ My man

viernes, 11 de septiembre de 2009

Moda para hombres

Tengo una amiga muy amante de la moda. No es rica pero, hasta donde puede, se surte de las grandes marcas de costura. No, no es marquista, que ya me parece oíros, y si hay que reconocerle un gusto exquisito. Lo mismo podría decirse de su forma de peinarse o de su maquillaje. Una vez le acompañé a comprar un perfume y fue como asistir a un master de altísima perfumería.
Felizmente casada, anoche, junto a su chico, me recordaba lo agradecida que me estaba por un consejo, que dice que le di, para ligársele:

No le asustes. Ponte unos jeans y una camiseta. ¡Y suéltate el pelo, por favor!

Lina:-Paco estaba destrozado. Y yo con esos pelos.
Pongamos que trabajo en una tele comedia y tengo que decidir el vestuario de la prota: una mentirosa patológica. Pues eso, así iba vestida yo el día que Paco me pilló por primera vez en una mentira.
Yo quería defenderme y mi aspecto no hacía sino rebatir todos mis argumentos.
Aquellas mallas rojas estrechísimas, de cintura baja, baja, baja. Aquel top de lycra negra sin tirantes que a penas me cubría el pecho. Aquellas botas de plataforma, tan inestables, no me ayudaban nada. Y el pelo: unos canutillos de colores recogidos en moñitos, muy monos, que tampoco contribuían a mi defensa.
Me sentía miserable y ni siquiera llevaba un bolso al que agarrarme. Me dolía haberle hecho daño.
¿Cómo consolarle? ¿Se puede convencer a un novio de que eres buena con una banda de lycra por las tetas?
Tenía unas enormes ganas de llorar, aunque ya no sabía si era por él o por mi, tan desgraciada, que ni siquiera iba vestida para ponerme a llorar con un poquito de dignidad.

Si yo se que Paco se iba a enfadar esa tarde, me visto de otra manera. Para empezar, me dejo el pelo suelto que ayuda mucho en estas situaciones. Te lo retiras de la cara con la mano abierta en forma de peine, mirándole muy seria y, vamos, si no te cree por lo menos se pone cachondo. Y luego pues, nada, un vestido cortito y suelto de esos que parece que no te has arreglado como los de las chicas americanas de las gasolineras de los anuncios. ¡Ya te digo! si una ya sabe de que van los tíos. Lo que pasa es que yo no me había vestido para eso. Pero yo, vestida como yo me sé, le hago lo del pelo y le digo que lo he hecho por él y me cree. ¡ Vaya que si me cree! Si el pobre estaba deseando creerme...
Y es más, supongamos que no me creyera. Pues cojo y me voy. Y cuando me estoy alejando, me vuelvo a mirarle, tristísima, haciendo volar el pelo en el aire a cámara lenta y viene detrás de mi, fijo.
Pero aléjate con dignidad sobre 10 centímetros de plataforma... Que no, que me pilló vestida de mentirosa. Y me dejó. Y se me partió el corazón. ¡Odio la lycra!

domingo, 6 de septiembre de 2009

Cuidado 3

Antes de las vacaciones, dediqué 2 post 2, a avisar de los peligros que el verano y las vacaciones traen consigo, especialmente en el terreno sentimental. Aquí abajo los recuerdo.
Pero, ya vestidos de cigarra, con las vacaciones a punto de llegar, nadie quería oír problemas. Así que, para que no me acusaran de agorero, decidí aparcar el tema. En fin, las consecuencias no se han hecho esperar.




El cochinillo
Me abandonó en una siesta. Con el mal cuerpo que deja eso.


Aquel domingo de Agosto todo se volvió contra mi: los mosquitos, el restaurante de domingueros, los termómetros...Lo que iba a ser una encantadora jornada en el campo que insuflaría un nuevo aire a nuestra relación, acabó en un encuentro indigesto en aquel avispero con tufo a refrito.
Yo sabía la falta de glamour que tiene atiborrarse de cochinillo a dos manos bajo aquella solanera pero, qué quieres, me deje llevar por el decorado.
Cuando advertí su mirada justiciera clavada en mi rostro sofocado, intenté un gesto con clase mientras me limpiaba la grasa de la barbilla y el sudor del bigote. Gesto inútil. Aquella servilleta pringosa no hacía juego con el encanto de mi sonrisa.
- Ja, ja, ja...Qué típico, ¿no?
No. Para entonces ya se le había indigestado mi cochinillo. Aún así pensé que eso lo arreglaba yo con una buena siesta cargada de promesas. Fue peor. Tras mi grasiento espectáculo en el merendero, la prometedora siesta más que a un sueño de inusitados juegos sexuales, debió sonarle a orinal. Y me vomitó:
- Me voy, te dejo.

Y se fue. Y me dejó. Y en plena siesta, la muy cochina.

Y es que, ¿a ver qué hace uno si le abandonan a la hora de la siesta?
Porque, te dejan de noche y, en el campo, los grillos gimen a tu ritmo y te hacen compañía. A la hora de la siesta, la chicharra machacona parece que se ríe de tu dolor: chincha, chincha, chincha... Además, por la noche, siempre cabe la posibilidad de dormir desconsoladamente. Durante la siesta, no hay manera.
Tomen nota los amantes:
El abandono de siesta produce una acidez de estómago que no te deja digerir la pena, aumenta la desazón y corrobora tu mala suerte. Sobre todo si has comido cochinillo.

Y TAMBIÉN:
Cuidado. Llega el verano / Cuidadito, cuidadito, cuidadito

jueves, 3 de septiembre de 2009

La rentrée





















La vuelta al cole, la renaudación de las actividades parlamentarias, el comienzo de la temporada teatral y cinematográfica, la vuelta al trabajo, el arranque de la programación cultural. Todo eso es la rentrée.

Y seguro que se me olvida algo.